Tus Motivaciones



A lo largo de mi vida y experiencia en el ministerio me he encontrado con muchos músicos y ministros de alabanza que al hablar con ellos me he percatado que están muy distantes en sus motivaciones a lo que en verdad deberían estar enfocados. Muchos de ellos pensaban que el pertenecer a un ministerio de alabanza consistía en un salto a la fama y al ser reconocidos, por ello cada vez que ministran lo que están buscando es ser el centro de atención de todo mundo, y no solo al ministrar si no en todo lugar en donde se encuentren, ¡cuidado, esto es peligroso!, nunca debemos perder el verdadero motivo por el cual servimos a Dios en esta área. Debemos cuidarnos de no caer en el orgullo, la autosuficiencia y prepotencia, estas cosas alejan la presencia de Dios, pues la Biblia enseña que Dios mira de lejos a los altivos. (Sal. 138.6).

Un consejo que te puedo dar es que nunca te creas que te las sabes todas, siempre tendrás algo nuevo que aprender, y grávate esto, puedes aprender de aquel que musicalmente es superior en conocimiento a ti, como también puedes aprender de aquel que sabe menos que tú, así que sea cual sea de todos puedes aprender, si bien cosas buenas que imitar o cosas malas a evitar. Cuando te reúnas con personas que saben tocar tu instrumento no te ofrezcas a dar clases si nadie te lo ha pedido, solo ve y aprende, y da tu opinión si te lo piden, dale espacio a las demás personas, no te creas el mejor aunque ellos sepan menos de música que tú, es mejor que te conozcan como un músico sencillo y humilde a que un buen músico prepotente y orgulloso. (Mr. 10.44; Pro. 29.23).

Para otros su motivación es pasar el rato libre, impresionar a la persona a quien le gusta, y otras motivaciones erróneas y lejanas a la realidad.  Por eso algunas personas no más pasan por los ministerios de alabanza, ya que no tienen claro para que llegan a estar en ese lugar, así que solo están algunos días o semanas y pronto se alejan ya que no hay una motivación firme y acertada por el cual permanecer en el ministerio.
En lo personal yo  manejo dos propósitos para los cuales estoy sirviendo en el ministerio de alabanza, en ellos creo que resumo todos los demás propósitos que se pueden tener, al menos a mi criterio.

1) Para Glorificar a Dios. Is. 43.7  nos enseña que hemos sido creados para su gloria, así que en primer lugar el propósito de ministrar la alabanza es el glorificar a Dios y que él sea el centro de toda atención, que toda la gloria se la lleve él, y que él reciba el honor, la alabanza, y toda exaltación. Nosotros somos solo vasos a los cuales el utiliza, vasos de honra alcanzados por gracia (favor inmerecido) y bondad de Dios. Glorificar su nombre debe de ser nuestra primera motivación independientemente el ministerio en el cual estemos trabajando, a esta motivación le podemos llamar también adoración vertical, ya que va dirigida directamente hacia nuestro Padre y Dios.
En gratitud y amor al Señor, démosle honra y gloria de la mejor manera que podamos, él se merece lo mejor de nuestras vidas. (Sal. 86.12; Ap. 15.4).

2) Bendecir a las demás personas. Esta es mi segunda motivación por el cual sirvo a Dios en el ministerio, el bendecir a la gente y ministrarle paz, esperanza, fe y fortaleza. La Biblia nos enseña que toda la escritura se puede resumir en dos mandamientos: amar a Dios con todo nuestro corazón, alma y mente, y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mt. 22.37-39). Si entendiésemos bien todos los cristianos lo que esto significa, la humanidad entera cambiaria, dejaríamos de pensar y vivir solo para nosotros mismos y pensaríamos más en nuestro prójimo, ¡esto es la ley y los profetas!, hasta un escriba en los tiempos de Jesús entendía bien este principio, tanto así que el Maestro consideró sabia su respuesta al afirmar estos dos mandamientos (Mr. 12.28-34).
Creo que es una gran bendición el ver las vidas ministradas después de una reunión. A veces las personas entran a la congregación cansadas, desilusionadas y tristes por las constantes luchas y afanes de la vida, así que al llegar a la misma, anhelan algo que les refresque el alma y espíritu. Me siento privilegiado y honrado al saber que Dios utiliza mi vida para transmitir paz, gozo, alegría, fe, esperanza y aliento a las personas, a pesar que a veces sean las mismas personas las que me critiquen, ¡pero ese es mi llamado, el bendecir sus vidas!. Así que disfruto de ello y agradezco al Señor por permitirme formar parte de esa labor que con su ejemplo el mismo me enseñó. A esta motivación también le podemos llamar adoración horizontal, ya que su objetivo es dirigir una palabra de Dios a los de nuestro alrededor.

En resumen nuestras dos motivaciones y propósitos al permanecer en un ministerio de alabanza es en primer lugar glorificar el nombre de Dios y en segundo lugar bendecir las vidas de las demás personas, espero también sean tus motivaciones y aprendas a disfrutar de la alabanza y la adoración como Dios quiere que la disfrutes. Piensa primero en Dios, luego en las demás personas, y en tercer lugar eres tú. Recuerda que mejor es dar que recibir, y la satisfacción de que haces las cosas bien para Dios y para bendición de los demás es indescriptible, máximo al saber que Dios se está complaciendo de nuestra labor.

Luis Lara



Pages