Eutanasia espiritual



Para quienes no saben el significado de esta palabra, La eutanasia es el acto de provocar intencionadamente la muerte de una persona que padece una enfermedad incurable para evitar que sufra. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la eutanasia como aquella "acción del médico que provoca deliberadamente la muerte del paciente". La eutanasia se puede realizar por acción directa: Proporcionando una inyección letal al enfermo, o por acción indirecta: no proporcionando el soporte básico para la supervivencia del mismo. En ambos casos, la finalidad es la misma: acabar con una Vida enferma.

Actualmente hay algunos países donde han legalizado esta práctica, mientras que en otros están tratando de lograr porque se legalice. Obviamente como cristianos nuestra posición es 100% no a la Eutanasia física ya que el único que decide si una persona vive o muere, es Dios, así que por muy buenas intenciones que alguien tenga de querer que cese el estado enfermo de una persona, nadie, absolutamente nadie puede decidir la muerte de otra persona, ni siquiera ella misma puede decidir su propia muerte, a menos que sea como sacrificio para que otro viva (ejemplo claro de Jesús). 
Muchos países están en este gran dilema, mientras que otros ya optaron su posición de "dioses" para quitarle la vida a otra persona. Puede que mis palabras sean cuestionadas pero es mi perspectiva en base a la palabra de Dios, y respeto las perspectivas de las demás. Yo creo en un Dios de milagros que ha sacado a muchos de los últimos alientos de vida, y los ha sanado y restaurado con un propósito. Si lo seres humanos se atribuyen el poder de quitar la vida a otro en estos casos, existe la posibilidad que interfieran en un milagro. Dios es Dios, si él quiere llevarse a un apersona se la Llevará y punto, sin necesidad de ayuda de nadie, si él no quiere llevarse a alguien por enfermo que este NO se lo llevará, pues algún propósito tiene con él. Por tanto ¿por qué interferir tratando De frustrar la voluntad de Dios? Dice la biblia " No hay quien tenga poder sobre el aliento de vida, como para retenerlo, ni hay quien tenga poder sobre el día de su muerte." Eclesiastés 8.8. Aún en los casos más extremos en el que haya que decidir si desconectar a una persona que se encuentra viva solo por aparatos médicos, hay que aferrarse a la voluntad de Dios y pedir sabiduría y dirección de él para tomar dicha decisión. Para aquellos que vivimos por fe este tema está clarísimo, sin embargo, en pleno siglo XXI, aunque los cristianos no practicamos la eutanasia física hay muchos que si practican la Eutanasia Espiritual, y es a lo que me quiero referir en esta nota.

Jesús es claro en sus dichos en las sagradas escrituras, él ha venido a dar vida y vida en abundancia, a sanar a los enfermos, libertad a los cautivos ¡Dar buenas nuevas de salvación! Pero hay muchos cristianos que hoy por hoy practican la eutanasia espiritual. ¿Cómo es esto? La eutanasia puede ser decidida por dos tipos de individuos, la persona que se encuentra enferma o las personas familiares quienes al verlo en agonía o en coma, prefieren darle fin a su paso por esta vida. Igual se aplica en lo espiritual.
Dos personas que pueden decidir la muerte espiritual definitiva de una persona son ellas mismas, o las personas que lo rodean en un momento crítico.

Ellas mismas:
Todos los seres humanos estamos expuestos a desanimarnos, desalentarnos y dejar los caminos de Dios al descuidar nuestra relación con Dios. Las etapas de la vida pueden ser tan críticas para muchos que los pueden desubicar de su propósito en Dios. Las tentaciones, los problemas, el pecado mismo, el descuido espiritual, la falta de determinación, la crítica, la distracción y muchos otros factores se vuelven como enfermedad que poco a poco van matando espiritualmente a las personas provocando en ellas el sentimiento de querer abandonar los caminos de Dios. Muchas personas al verse agonizar espiritualmente, sabiendo ellas mismas que están sucumbiendo (porque nadie se desanima de la noche a la mañana, todo es un proceso, y siempre las personas mismas saben cuándo el fuego de Dios en sus vidas se está apagando). Es en esos momentos cuando lejos de determinarse luchar, seguir adelante y afianzar su relación con Dios, lo que hacen es aplicarse la inyección letal, y así dándose por vencidas y abandonando ministerios y llamados, distanciando por completo su relación con Dios, muchas veces escudándose del hecho que Dios es amor, pretendiendo engañarse a sí mismas pensando que Dios aprueba su decisión de ponerle fin a su caminar con el Espíritu Santo, y mejor decidir caminar la vida según como ellos quieren andar y no como Dios claramente enseña en su palabra.

Las demás personas.
Son aquellas que cuando ven a un apersona débil en la fe por las diversas circunstancias antes mencionadas. Estas en vez de ayudarle a no desmayar se convierten en jueces más que apoyo. Terminando De derribar a su prójimo cuando este se encuentra caído.
Todos los seres humanos somos imperfectos y propensos a fallar. La biblia es clara al decirnos que "Así Que, el Piensa Que Estar firme, mire que no caiga." 1 Co. 10.12. Ninguno por muy superespiritual que sea, está libre de desánimos, debilidad y caídas, por eso Dios nos insta a velar y orar para no caer en la tentación, ni en desánimos ni cualquier otra cosa que nos aparte de nuestra genuina relación con Dios. Ahora bien. ¿Si todos sabemos esto, por qué razón hay cristianos u personas no cristianas que cuando ven desanimado a otro lo terminan de matar? ¿Acaso dirá?-Es que está agonizando espiritualmente, está más del mundo que en los caminos de Dios, lo mejor es matarlo. ¿Será acaso esa la respuesta? Nosotros no somos llamados a ser jueces si no a ser luz, claramente señalando el pecado mas no señalando al pecador, innegociablemente debemos ir en contra del pecado y las malas prácticas en las personas, mas no debemos arremeter en contra de las personas. Con esto no estoy haciendo una apología que todas las personas hagan lo que les de la regalada gana, si fallan a Dios por deporte y gusto y juegan por sus palabras sepan que quien las Juzgará es el Dios que todo lo ve, así que no hay que jugar con Dios escudándonos en su amor, porque la vida cobra facturas grandes cuando llega la hora de pagar, y pretendiendo burlar a Dios terminamos siendo burlados nosotros mismos. Me gusta como mi amiga Marbella hace algunos días escribió "Muchas personas no quieren jugar con Dios pero si quieren andar jugando con el diablo." Así que, si un cristiano genuino está luchando por hacer la voluntad de Dios y no se rinde, los demás no tienen ningún derecho alguno para aniquilarlo cuando sea sorprendido en la debilidad. Nadie es juez de nadie, si los cielos hacen fiesta cuando un pecador se arrepiente de corazón, igual aquí en la tierra siempre debe ser, no importa si ese pecador es la enésima vez en arrepentirse, si es de corazón debemos Alegrarnos. Muchas personas señalan al joven que cayó en pecado y se alegran cuando pierden su ministerio y descuidan sus talentos, mas ellos no se ponen a pensar si harían lo mismo en el caso que fueran sus hijos quienes fallasen. Debemos de ver al prójimo como a un hermano, aceptando sus debilidades y luchas más no aceptando el pecado, en palabras simples imitar lo que Jesús haría. Así que mis queridos hermanos espirituales, cuando vean a alguien que sucumbió ante el desánimo y falló delante de Dios, y está tratando de levantarse, ¡apóyalo! Deja de criticarlo, pues no sabes si en la vida tus hijos les toque pasar por esa etapa, por tanto trátalos como te gustaría que la gente tratara a tu hijo si fuera él. Para los que pecan por deporte. No juegues con Dios, él es amor y su amor no cambiara por nada que hagas ni dejes de hacer, más la vida da vueltas y lo que siempre eso cosechas. Por tanto cuídate de no sembrar dolor, descuido, corrupción y simpleza, porque sus frutos son desastrosos.

Dale la mano al caído, y no te dejes caer. Sigue adelante. DTB+


Luis Lara



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